Ser Psicólogo

Ser Psicólogo

Mirando en retrospectiva, no recuerdo haber curioseado durante mi infancia o adolescencia con la psicología. No fue sino hasta ya adulta y siendo mamá, que por comentarios de muchas personas allegadas que me procuraban para que les escuchara y darles puntos de vista de sus problemas, se comenzó a sembrar en mi la inquietud de que era y cómo funcionaba como carrera.

No puedo decir lo que suelo leer o escuchar “quería ayudar a las personas”, porque que, aunque sí quería y siempre he querido, no me sentía capaz de ayudarme a mí, por tanto, entendía no había forma de poder hacerlo con alguien más.

La vida me puso en algunos tramos de mi trayectoria, circunstancias que me hicieron vivir etapas anticipadas, a destiempo y otras que tuve que saltar. Recuerdo desde pequeña sentarme a escribir; observar donde todos miraban y escuchar donde los demás oían.

De alguna forma mi mente encontró como refugio, hacer del dolor estrofas en versos. Quizás aquello que no conseguía comprender, al menos ganaba algo de sentido si no huía de las interrogantes y las integraba con rima a mis días.

Cuando ya adulta pude tener una idea más clara de que no me quedaría de brazos cruzados ni sentada a “ansiar encontrar respuestas y sentido a las cosas”, entendí que la psicología era lo que le daría “forma” a mi vida.

volvió mi lugar seguro, el sitio donde yo sentía que me sentía en paz, que podía ser yo sin miedo a que me juzgaran. También el sitio donde me sacaban la piedra y me cuestionaban cosas hasta ahora incuestionables, pero todo tenía un sentido claro y yo lo veía.

Quise incursionar en la psicología como una forma de conocerme de tal forma que pudiera entender el porqué de mis falencias emocionales y de encontrar herramientas que me ayudaran en mi propia vida. Donde pudiera estudiar la conducta humana y crecer al tiempo que me formara.

Hoy por hoy, puedo decirte, que para mí ser psicóloga es una gran alegría y placer, que también puedo ponerme a disposición del otro en varios aspectos. Me estoy ofreciendo completamente en una actitud de aceptación amorosa, comprensión, y apoyo. Es emprender con el cliente un viaje en busca de sentido para su vida, y el camino a seguir es único y personalizado para cada individuo.

En este viaje, pongo a disposición mi presencia amorosa, mi mente y mis sentidos. Escuchando lo que no se dice, discriminando sonidos a menudo inexpresables, confusos, con la precisión de un radar..

Observando cuidadosamente los gestos, las expresiones faciales, las posturas corporales, que a menudo hablan mucho más fuerte que las palabras. Hablar en el momento correcto, de la manera correcta y con la intervención apropiada.

 

 

 

No soy una persona perfecta, no me considero un ser terminado, sino un ser en continuo aprendizaje, no siempre segura, no siempre sabiendo todo o sosteniendo todas las respuestas, pero verdaderamente abierta y siempre disponible, lista para enfrentar el desafío de ir a donde estoy.

Nada es más gratificante para mí que ver las personas avanzar en su desarrollo emocional para superar sus problemas, ver la alegría regresar a la vida de la persona, poder acompañarle a transitar un camino que tengo arado y ser parte de un cambio.

¿Cuantos años vas a durar estudiando esa carrera? Entre mudanzas de países, cambio de universidades y volviendo a comenzar en cada una porque no aceptaban el sistema de la anterior. Ver pasar delante de mí, personas graduarse que no habían iniciado si quiera cuando yo lo hice.

Días más amargos que otros, fines de semanas, vacaciones y reuniones familiares donde llegaba con la maleta con el 80% libros, todos a divertirse y yo en artículos, estudio y capacitación. Sin embargo, no me arrepiento de nada de lo que dejé por la inmensa satisfacción de luchar por mí, por la causa más sublime e intrínseca de mi vida: amarme para poder amar, entenderme para poder comprender y formarme para poder ayudar.

No hay nada más gratificante que poder ser:

“Esa extraña que se vuelve tu lugar seguro. El sitio donde puedes encontrar paz y ser TU sin miedo a que te juzguen. También el sitio donde te confrontan contigo mism@, pero ayudándote descubrir en qué lugar de tu vida es donde todo cobra sentido”.

Porque ser psicólogo es ir más allá de lo que pueden decir las palabras, los silencios y los actos. Ser psicólogo es ir más allá de aquello que se ve.

 ¡Feliz día del psicólogo!

Tanya HoepelmanComentario